El Rottweiler es un perro grande de constitución doble. Sus instintos hacen de este perro un excelente guardián a la vez que es magnífica compañía para la familia. El temperamento típico de la raza es la de un perro calmado pero no lento ni distraído, seguro de sí mismo, capaz de detectar las intenciones del desconocido sin demostrar desconfianza. Es un perro que se distingue por ser muy trabajador, ágil dado el caso, resistente, leal a la familia y obediente.
A finales del siglo XIX, habiendo desaparecido la necesidad, o siendo reemplazado por otros animales, el Rottweiler estuvo a punto de desaparecer. Se comenta que en la zona de Rottweil sólo quedaba una perra. Entonces en 1910, aunque ya algunos individuos habían sido presentados en los concursos de perros, sucedió algo extraordinario; la asociación de perros policías en Alemania reconoció al Rottweiler. Este acontecimiento creó suficiente interés para que algunos criadores se dedicaran a esta raza.
El Ridgeback de Rodesia se destaca por su valentía y arriesgo dada la ocación. Es un perro grande que se ha empleado tanto para protección de los hogares como para cazar leones. Mientras que es noble y dócil al punto de llegar a ser una de las mejores mascotas entre los perros.
Esta raza provine de cruce de un perro natural del sur de África con varias razas europeas. Entre las razas que se le mesclaron al perro africano se incluyó el Mastín, Greyhound, Bulldog y algunos Pointer. Por consiguiente, lográndose un magnífico perro de buen tamaño y habilidad para diversas tareas.
El Doberman
El Doberman
De todos los animales que conocemos, el perro es nuestro favorito. Y de todos los perros, aparte del perro callejero (ese que nadie quiere y muchos ni miran), el Doberman es nuestro predilecto. En diferentes ocasiones nosotros hemos tenido la suerte de haber tenido dos de estos perros como mascotas, y verdaderamente son difíciles de igualar, imposibles de superar.
No es su tamaño, realmente no son sus características externas, que consideramos perfectas en un perro, lo que nos hace sentir así. Es el comportamiento tan familiar de estos perros. Criados como miembros de la familia, llegan a ser parte de la familia; sólo se les ven felices cuando están con la familia y siempre están dispuesto a participar en todas las actividades, sea desde estar sentados tranquilos viendo la televisión, a una caminata por el campo, a bañarse en el mar sobre una balsa de hule. Todo lo que se toma para verlo satisfecho es que se le permita estar junto a su familia, sea donde sea, haciendo lo que sea. Cuando se les trata de esta forma, aparte de su muy reconocida inteligencia, demuestran cierta astucia o picardía mezclada con un carácter juguetón que es bien simpático y divertido; aunque nunca hemos visto esta cualidad ser mencionada en esta raza, sí es muy real.
Otras características de esta raza, que aunque sí son mencionadas no se les ponen mucha énfasis, son que en el perro macho el sentido de guardián es mucho más desarrollado que en la hembra. Mientras que la hembra, que no deja de ser excelente en la protección, es más dócil y llevadera. En ciertos casos tal parecen que son dos razas diferentes. Otra dato importante es la forma en que reacciona y aparentemente piensa. El Doberman discurre en términos de Sí o No; no existen términos medios. O se hace, o no se hace. Tal vez por eso sea tan obediente y una vez comenzado el ataque, sea tan feroz.
Como guardián, el Doberman, no tiene igual. Es increíble el control y confianza en sí mismo que estos perros tienen. Mientras que no se demuestre agresividad hacia su familia, tal parece que son inofensivos, pero no se le vaya a ocurrir una broma pesada o un manotazo delante de ellos, porque reaccionan con la velocidad de un rayo. La agilidad que tienen es bárbara; se documenta uno que fue entrenado a saltar y superaba, porque lo hacía rutinariamente, los 9 metros (28 pies) de largo. Por cierto, el olfato y el oído los tiene sumamente desarrollados.
Esta raza de perros tiene su origen al noreste de Canadá, pero no en Labrador, sino en las islas de Terranova (Newfoundland). El Labrador Retriever desciende de los perros llevados por los exploradores y primeros pobladores europeos a esa región. Fueron dos las razas que se desarrollaron en un estado natural (o por selección natural). Una de esas razas fue el Labrador Retriever que presentamos aquí, la otra fue el Terranova. Existe referencia del Labrador ya en 1822 donde se le llamaba el Perro de Agua Pequeño, en comparación con el Terranova. Tal referencia no sólo destaca la habilidad que demostraba como cobrador de aves, sino que también menciona el perro ser activo aun durante la temporada cuando la superficie del agua estaba congelada. Razón por la cual se prefería que tuviese el pelo corto.
El Labrador Retriever era usado de dos formas por los pescadores. Unos trabajaban desde tierra. Se lanzaban al agua a traer las cuerdas, atadas a una boya, de las redes. Otros iban en los botes, lanzándose al agua de igual manera, para llevar las cuerdas de las redes hasta la costa donde le esperaban otros pescadores. Se empleaban estos métodos ya que era peligroso para los botes acercarse mucho a la costa. Los perros que iban en los botes también estaban a cargo de recoger todo lo que se cayera fuera de borda.
Estos pescadores vendían la pesca en Inglaterra. Eventualmente alguien se fijó en los perros y comenzaron las ofertas. Llegando a ser una línea complementaria para los pescadores el vender sus perros a los aficionados a la caza. Se documenta de su pariente, el perro Terranova, ya haberse encontrado en el Reino Unido por el año 1786, lo cual es causa que se estime que el Labrador Retriever en esa fecha también ya había hecho su travesía al Viejo Mundo. La acogida fue grande por las cualidades de gran cobrador y perro de caza en general que ya tenía el Labrador. Una de esas cualidades es que este perro tiene lo que le llaman boca suave (“soft mouth”), no daña la presa con los dientes al morderla.
Entonces en Terranova, Canadá, se implantaron impuestos (Newfoundland Sheep Protection Act, 1885) sobre los perros y el Labrador Retriever comenzó a desaparecer en su tierra natal. Mientras aquello sucedía, en Inglaterra se impuso una ley (Quarantine Act) que demandaba que todo animal que se importara tenía que permanecer en la propiedad de un veterinario bajo sus observaciones en cuarentena por seis meses. A estas circunstancias se añadió el hecho que la industria pesquera de Terranova había disminuido su tamaño en gran proporción. El resultado siendo que los criadores no lograban importar sangre nueva mientras que en Canadá desaparecía la raza. De 1900 a 1933 se documentan cinco perros originales del Canadá haber sido llevados a Inglaterra, uno de ellos fue vía Noruega.
A consecuencias de estos impedimentos, comenzaron los cruces. No se hizo con la intención de mejorar la raza, sino porque no había suficientes Labradores y sus cualidades eran muy deseadas. Se le cruzó con el Retriever de Pelo Liso, el Retriever de Pelo Rizado y otras razas de caza. Fue poco lo que cambió el Labrador en apariencias externas, pero sus instintos de cazador se desarrollaron aun más. Cuando aquello ya se iba de la mano, el Quinto Duque de Buccleuch (1806-1884) comenzó un registro de sus Labradores y ese fue el comienzo de la raza del Labrador Retriever que conocemos hoy en día. Otro aficionado a la raza, que fue de sus perreras de donde salieron muchos de los antepasados de los perros del presente, fue el Tercer Earl de Malmesbury (1807-1889).
Al principio, además del Perro de Agua Pequeño al Labrador Retriever se le llamó el Perro de Aguas de San Juan y Terranova de San Juan (Saint John's Newfoundland). Se acredita al Earl of Malmesbury de haberle dado el nombre de Labrador.